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lunes, 19 de febrero de 2018

LUZ MUÑOZ SOBRE MÁXIMO CORVALÁN-PINCHEIRA Y ENRIQUE RAMÍREZ

por  | Ene 12, 2018 | ENTREVISTAS |

Los chilenos Máximo Corvalán-Pincheira (Santiago, 1973) y Enrique Ramírez (Santiago, 1979) plantean reflexiones sobre problemas contemporáneos, las migraciones y el paisaje afectado por la sobreexplotación, la privatización de recursos y la extinción de especies animales y vegetales como reflejo de nuestra sociedad, en sus muestras Trazo mutable y Estamos aquí, sobre la tierra y bajo el cielo, respectivamente, que se exhiben en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos (CNAC), en Santiago de Chile, hasta el 14 de enero.
Los artistas proponen un diálogo abierto con los ciudadanos, desde los espacios de la poética y estética del arte, invitando a la reflexión sobre los dos temas centrales a partir de sus obras.
Corvalán-Pincheira aborda las migraciones con ocho piezas –que incluyen video, performance, instalaciones, escultura y fotografía– y archivos, los que conforman Trazo Mutable, fruto de su investigación sobre la inmigración en un contexto global tras viajar por Asia, Europa y América. En tanto, Ramírez presenta Estamos aquí, sobre la tierra y bajo el cielo como una invitación a resignificar la relación del hombre con la naturaleza a través de cinco obras, que incluyen un espejo de agua con troncos semisumergidos provenientes de árboles quemados en los incendios forestales del verano de 2017 en Chile y un jardín de plantas comestibles, medicinales y nativas emplazado en el jardín posterior del CNAC.
Conversamos con Luz Muñoz, curadora de las muestras, sobre sus decisiones y procesos curatoriales para la presente exposición.
De izquierda a derecha: Beatriz Salinas, directora del Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos junto a Enrique Ramírez, la curadora Luz Muñoz y Máximo Corvalán-Pincheira. Foto: cortesía de los artistas.
Antonia Taulis: ¿Cómo ligas a ambos artistas para concebir la curatoría?
Luz Muñoz: Fue una invitación de los artistas. Ya nos conocíamos y nos habíamos encontrado en Europa. Tengo un laboratorio de artes contemporáneas llamado Espai 10, un espacio pequeño donde armo diálogos con artistas contemporáneos tanto de Europa como de Latinoamérica, y nos encontramos en torno a invitaciones que les hice ahí.
Por otro lado, los asuntos que tocan los artistas coinciden con mis líneas de trabajo. Soy una curadora que le interesa trabajar estos temas. Creo que el arte contemporáneo tiene una incidencia en los cambios. El arte tiene que hacer preguntas y tenemos que hacernos cargo de las problemáticas que tenemos a partir de él.
Entonces, por un lado, ya me conocían; por otro, ellos estaban trabajando en simultáneo en su residencia en Corea: Máximo con el tema de la migración, y Enrique elaborando sus propuestas sobre el paisaje, y fueron invitados al Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos, momento en que me invitan a mí.
Yo vivo en Barcelona, Máximo en Chile y Enrique en París, así que hicimos mucho trabajo online, pero también tuvimos encuentros en Barcelona. Fue un trabajo de un año. Yo no hacía algo en Chile desde el 2013 con Ciudadanía y Territorio en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende, que fue un proyecto de diálogo ciudadano.
A.T: ¿Por qué la decisión de que la curatoría no tenga un nombre común?
L.M: Fue una discusión y pensamos mucho cómo lo planteábamos. Enrique había decidido trabajar con el paisaje afectado por la mano del hombre, el paisaje como representación de nuestra sociedad, pensando en la crisis en que estamos y en cómo somos responsables como ciudadanos. Mientras que Máximo seguía expandiéndose en el tema de la inmigración, los refugiados en el mediterráneo, en Corea y en distintas partes del mundo. Sentí que era necesario que ambos se centraran en sus espacios, no hacer un nombre común, sino que cada uno tuviera su plaza dentro de la curatoría.
A.T: Dentro de tus proyectos curatoriales, ¿qué lugar tiene esta exposición? ¿Viene de alguna investigación en particular?
L.M: A mí me interesa trabajar proyectos con problemáticas contemporáneas, y así trabajo con artistas que partan desde ahí: lo común, la diversidad, la inclusión.
Entre mis prácticas, podría decir que tengo tres lados: estos problemas contemporáneos que elaboro a nivel curatorial; el trabajo con archivo que realizo en el Museum of Fine Arts de Houston en Texas con Maricarmen Ramírez para el Departamento de Arte Latinoamericano, específicamente en el proyecto de archivos que ellos llevan desarrollando hace más de una década; y como investigadora, estoy haciendo un doctorado en sociedad de cultura, y me interesa América Latina. También trabajo con temas de memoria y lo indígena a través del discurso, los movimientos indígenas Zapatistas en México y su autonomía, Bolivia y el concepto del buen vivir, y los mapuche con su lucha contra las transnacionales.
A partir de todo eso, teníamos muchos links con los artistas, incluso en el punto ecológico que toca Enrique Ramírez cuando trabaja citando y en diálogo con el botánico, paisajista y escritor francés Gilles Clément.
Pieza Remover, parte de la muestra Trazo Mutable de Máximo Corvalán-Pincheira en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos, Santiago de Chile. Foto: cortesía del artista.
La Partida, parte de la muestra Trazo Mutable de Máximo Corvalán-Pincheira en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos, Santiago de Chile. Foto: cortesía del artista.
A.T: ¿Cómo fue tu formación?
L.M: Mi primera formación fue Bibliotecología, hice cine documental como diplomado, luego gestión cultural en artes visuales, un master en estudios curatoriales en Ginebra, Suiza, y luego hice estudios avanzados en historia del arte en España, así también un doctorado en sociedad de cultura. Y bueno, parte de mi formación también ha sido trabajar en el museo de Houston, relacionándome con el archivo durante 13 o 14 años.
A.T: ¿Qué es la propuesta particular de esta exposición?
L.M: Primero que nada, son dos grandes artistas de una generación chilena aún joven, en pleno desarrollo profesional. En ese escenario, creo que son dos de los artistas más importantes que tenemos. Me parece que Enrique es el artista con mayor visibilidad de su generación, le va muy bien, su trabajo es muy solido y lo vemos creciendo en su proceso. Las problemáticas que trabajan también son fundamentales. Están pensando el mundo contemporáneo y eso es vital. Nos hacen preguntas y nos cuestionan a través de su trabajo.
Creo que la apuesta de este proyecto es el diálogo. Son dos propuestas en diálogo y lo planteamos así para que cada cuerpo de obra tuviera su fuerza, y así poder poner en el mundo una discusión desde el contexto del arte, desde su estética y su poética, sobre lo que estamos viviendo hoy día.
A.T: ¿Y cómo ves la relación del país con los espacios destinados para el arte?
L.M: Yo que vivo afuera y veo a muchos artistas que también lo hacen, con un esfuerzo personal gordísimo para insertar sus carreras en el medio internacional, creo muy importante que el Estado chileno, sobre todo ahora que hay una institucionalidad y un nuevo Ministerio de Cultura, ponga un énfasis en generar políticas de apoyo. Creo que los artistas están muy solos. Las políticas claramente deben trascender los gobiernos y si somos capaces de eso, crecemos como país. No hay discusión en que el arte es parte de la cultura y hay que tener más conciencia de lo importante que es tener políticas e instituciones más fuertes. Porque no somos un país pobre.
Vista de la obra La tierra, el alma y sus restos, parte de la muestra Estamos aquí, sobre la tierra y bajo el cielo de Enrique Ramírez en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos, Santiago de Chile. Foto: cortesía del artista.
Videoinstalación El tiempo y la colección de las cosas, parte de la muestra Estamos aquí, sobre la tierra y bajo el cielo de Enrique Ramírez en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos, Santiago de Chile. Foto: cortesía del artista.
Luz Muñoz es curadora, consultora e investigadora en artes visuales. Postgraduada en Master of Arts CCC-Critical Curatorial en Geneva University of Art and Design, Ginebra (Suiza). Actualmente es doctoranda del programa Sociedad y Cultura de la Universidad de Barcelona. Desde el 2008 a la fecha forma parte del equipo central del proyecto Documents of 20th Century Latin American and Latino Art at Digital Archive and Publication; proyecto del International Center for the Arts of Americas (ICAA) en The Museum of Fine Arts, Houston (Texas, Estados Unidos). Entre 2011-2014 formó parte del Seminario Documenting Global Art: Theories, Databases, and Experimental Research Tools, coordinado por la Universidad de Barcelona, España, y el Institut Nacional d’Histoire de l’Art (INHA), Francia y del programa CCC Pre-Doctorate/PhD Seminar en Geneva University of Art and Design, Ginebra. Actualmente, entre otras actividades, es socia fundadora y curadora de Espai 10: Laboratorio de las Artes Contemporáneas en Barcelona, España.

Fuente
http://artishockrevista.com/

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